La falta de salud no es sólo en el plano físico, también se refleja a nivel emocional, mental y energético relacionándose todas como un todo. En la búsqueda de ese equilibrio es donde actúa el Reiki, canalizando la energía universal para que la tuya fluya correctamente.
Una forma gráfica y fácil de describirlo es como cuando se le ponen las pinzas a la batería de un coche para transmitirle la energía de otro y que así vuelva a funcionar correctamente, el reikista serían “las pinzas” y la energía que transmite y canaliza es la que ya hay a nuestro alrededor, el QI, la energía universal.
Es una técnica milenaria japonesa reconocida por la OMS (organización mundial de la salud) como terapia complementaria de sanación y prevención.
En occidente ya se utiliza desde hace varios años en hospitales en pacientes oncológicos, con dolor crónico e incluso terminales ya que numerosos estudios avalan su utilización y además es inocuo.
Los beneficios más destacados son:
- Alivio de dolor físico y emocional.
- Mejora notablemente cuadros de ansiedad.
- Estrés, depresión e insomnio.
- Fortalece el sistema inmune.
- Disminuye los efectos secundarios de algunos tratamientos.
- Equilibra emociones soltando bloqueos.
Si la energía que tenemos no fluye correctamente queda estancada, habiendo más acúmulo en unas zonas y menos en otras y ambas provocan daños a nivel físico y mental.
